Panorama de la actividad emprendedora de Puerto Rico
Este informe presenta la información estadística disponible sobre el nacimiento y desarrollo de emprendimientos en Puerto Rico en los últimos años. Para entender el panorama completo de la actividad emprendedora, se combinan datos de fuentes oficiales, principalmente del U.S. Census Bureau y del Bureau of Labor Statistics (BLS), con información levantada por el Global Entrepreneurship Monitor (GEM).
Puerto Rico ha vivido una larga recesión económica. Entre 2006 y 2017 no se ha registrado crecimiento de la producción ningún año. En este periodo disminuyó la población; también lo hicieron el número de personas auto-empleadas y el número de establecimientos, aunque en una proporción menor. Por ese motivo, las tasas de auto-empleo y de establecimientos aumentaron.
Aunque la recesión económica está asociada a una reducción en la actividad emprendedora, no se ve un efecto claro en la tasa de supervivencia de los establecimientos. En Puerto Rico el 81% de los establecimientos siguen operando al cumplir su primer año (promedio de 2006 a 2017), el 61% están abiertos después de 3 años, el 49% sobreviven 5 años y el 32% alcanzan al menos 10 años de operaciones. Estas tasas son muy parecidas a las observadas en Estados Unidos. Sin embargo, sí se observa un impacto de la recesión sobre el número de establecimientos que abren nuevos cada año, que pasa de más de 4 mil en 2006 a cerca de 3 mil a partir de 2011. Al acumularse este efecto a lo largo del tiempo, el número de establecimientos de menos de 3 años se ha reducido de forma muy notable (de más de 10 mil en 2006 a poco más de 7 mil a partir de 2012). Paradójicamente, el número de establecimientos con más de 3 años se ha mantenido bastante estable (entre 34 y 35 mil).
La falta de nuevos emprendimientos ha afectado al empleo, y a esto se une una reducción en el número promedio de empleados por establecimiento. Existen 45 mil puestos de trabajo menos que al inicio de la recesión en establecimientos de menos de 3 años de edad. Al analizar la evolución según el tamaño, se observa que durante la primera etapa de la recesión (entre 2006 y 2010) disminuyó drásticamente el número de establecimientos con más de 50 empleados. Los establecimientos más pequeños aguantaron mejor al principio, pero después su número se ha reducido casi todos los años. Por otra parte, la cifra de personas auto-empleadas se redujo de 146 mil en 2006 a 129 mil en 2016, según datos del U.S. Census Bureau.
Los sectores más afectados por el largo periodo de recesión son los de edificación, desarrollo y construcción, que entre 2006 y 2016 perdieron el 42 por ciento de sus establecimientos, y los de manufactura (-20%). También se vieron bastante afectados los establecimientos de negocios agrícolas, comercio y bienes raíces (entre -10 y
-18%) En contraste, crecen los sectores relacionados con servicios de información (+45%); servicios educativos (+22%); utilidades (+17%); servicios de cuidado de la salud y asistencia social (+14%); entre otros.
¿Por qué no nacen más emprendimientos? ¿Por qué no aumentan las personas que viven del auto-empleo en un contexto de reducción de oportunidades laborales en la economía? Los datos del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) en Puerto Rico contribuyen a contestar estas preguntas, ya que se enfocan en las primeras etapas del proceso emprendedor.
GEM estima que el 1.4% de la población adulta de Puerto Rico había iniciado un emprendimiento nuevo en 2017. Un 9.5% adicional son identificados como emprendedores nacientes, es decir, habían dado algún paso concreto en su iniciativa, pero no cumplen las condiciones para considerarlo un emprendimiento nuevo (que pague salarios o beneficios a su propietario durante al menos tres meses). La suma de ambas cifras (10.6%) es la tasa de actividad emprendedora temprana (TEA).
La tasa de emprendimientos nuevos es muy baja si se compara con otros países (Puerto Rico ocupa la posición 52 de 54 participantes en GEM). En contraste, la tasa de emprendedores nacientes es elevada (9.5%) y tiende a aumentar a lo largo de los años. En ningún país se observa una diferencia tan marcada entre las tasas de emprendedores nacientes y de emprendedores nuevos, los dos componentes del TEA. Lo que esto significa es que en Puerto Rico no faltan personas emprendedoras; el problema es que muchas de sus iniciativas no logran generar ingresos para el emprendedor de una forma estable y consolidarse. Ahí es donde deben enfocarse los esfuerzos de política pública.
¿Quiénes son las personas que están tratando de iniciar un negocio en Puerto Rico? El perfil del emprendedor naciente y nuevo es hombre, joven, motivado por la oportunidad de mejorar. Es parecido al observado en otros países. Aunque es más habitual que los emprendedores tomen la iniciativa al identificar una oportunidad de mejorar (42%), la proporción de los que lo hicieron por necesidad (32%) es elevada cuando se compara con otros países. Además, entre 2013 y 2017 ha crecido de forma notable la proporción de personas que inician un emprendimiento por necesidad.
Los datos del GEM señalan también que en Puerto Rico predomina la percepción de que ser emprendedor no es una profesión deseable, e incluso al comparar con otros países, es reducida la proporción de encuestados que asocian a los emprendedores con un estatus social alto. No obstante, se observa una evolución positiva en estos factores en los últimos años. También ha crecido de forma llamativa la percepción de que los medios de comunicación reportan noticas de emprendedores exitosos.
La proporción de personas que entienden que habrá buenas oportunidades de negocio en un futuro próximo es reducida; por otro lado, éstos muestran poco miedo al fracaso. Se observa además una tendencia a la baja en la proporción de encuestados que consideran estar capacitados para iniciar un negocio.
Los expertos encuestados por GEM, conocedores del entorno empresarial de Puerto Rico, valoran factores cruciales para el nacimiento y desarrollo de emprendimientos en el país. Los factores mejor valorados son educación y formación para el desarrollo empresarial a nivel post-secundario, la estabilidad (o dinámica) de los mercados internos, así como la infraestructura de recursos comerciales y legales que tienen a su disposición los emprendedores. Los factores peor valorados son los que tienen que ver con la burocracia, impuestos y reglamentación gubernamentales, que son percibidos como importantes obstáculos al emprendimiento; la educación a nivel primario y secundario para fomentar el espíritu emprendedor; así como el acceso y la comercialización de nuevas tecnologías desarrolladas en investigaciones científicas.
El contexto para los emprendimientos en Puerto Rico cambió tras el impacto del huracán María en septiembre de 2017. Entre octubre y diciembre de ese año cerraron el doble de establecimientos (112%) que el mismo trimestre del año anterior, pero también abrió un número de establecimientos más alto de lo habitual
Empresarismo Social en Puerto Rico