1. INFORME 2019 – Global Entrepreneurship Monitor (GEM) Puerto Rico

2. Informe global GEM 2019-2020

3. Herramientas para investigadores: Base de Datos de Puerto Rico, detalladas a nivel de individuo

 

Imagen PR en informe Global 2019-2020

Los resultados anuales del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) en el 2019 ilustran los cambios en la actividad emprendedora y los aspectos socioculturales con relación al emprendimiento que se están produciendo en Puerto Rico. Los datos recogidos de forma consecutiva desde 2013 permiten ver cómo ha evolucionado la percepción de la sociedad sobre este tema.

Ese primer año sólo el 17.9 por ciento de los encuestados afirmaba que la mayoría de la gente en Puerto Rico considera que emprender un nuevo negocio es una elección de carrera profesional deseable; era, por mucha diferencia, el porcentaje más bajo entre todos los países que realizan la encuesta.

En 2019 el número de encuestados que contesta afirmativamente esa premisa ha subido a 30.7 por ciento. Aunque sigue siendo un porcentaje reducido en comparación con otros países, muestra un cambio en relación a los emprendimientos en la Isla. De forma coherente con esta evolución, el número de personas que tienen la intención de emprender en los próximos tres años (incluyendo el autoempleo) ha pasado de 13.1 por ciento en 2013 a 23.9 por ciento en 2019.

Es decir, casi la cuarta parte de los encuestados (población adulta de 18 a 64 años) están considerando seriamente convertirse en emprendedores en el futuro cercano. La cifra es notable, superior a la observada en Estados Unidos (13.7%) y los países de ingresos altos (20.2% en promedio), aunque está por debajo del promedio de la región de América Latina y el Caribe (37.4%).

Los resultados del GEM 2019 documentan que el 11.3 por ciento de los encuestados cualifican como emprendedores nacientes porque realizaron algún tipo de gestión para comenzar una iniciativa empresarial, aunque esta aún no les permite pagar salarios o recibir beneficios como emprendedores por al menos tres meses consecutivos.

Sin embargo, la proporción de personas que tienen un emprendimiento nuevo que ya genera salarios o beneficios es mucho más reducida: 2.2 por ciento (emprendimientos que tienen como mínimo tres meses y como máximo tres años y medio). Ambas cifras componen la tasa de actividad emprendedora temprana (TEA), que es 13.4 por ciento en Puerto Rico en 2019. Esta tasa es comparable a la de muchas economías, situándonos en el lugar 17 de los 50 países participantes en el GEM este año.  El TEA en Estados Unidos es 17.4 por ciento, pero el promedio entre los países de ingresos altos es de sólo 12.3 por ciento; por su parte, el TEA en la región de América Latina y el Caribe es de 24.1 por ciento.

Es de crítica importancia resaltar que ningún país tiene una composición del TEA parecida a la de Puerto Rico, con una tasa de emprendedores nacientes cinco veces mayor que la de emprendimientos nuevos, lo que sugiere que el camino del emprendedor en Puerto Rico tiene serios obstáculos. Un porcentaje demasiado alto de los esfuerzos por emprender no alcanzan la próxima fase. En Estados Unidos, por ejemplo, la tasa de emprendimientos nacientes es sólo el doble que la de los nuevos (11.8% frente a 5.9%); en los países de ingresos altos la relación es incluso más baja (7.8% frente a 4.7%, en promedio), al igual que en América Latina y el Caribe (15.6% frente a 9.1%)

La evolución del TEA en Puerto Rico tiene una clara tendencia al crecimiento: del 8.3 por ciento en 2013 hemos pasado al actual 13.4 por ciento. Al revisar los componentes, se observa que lo que realmente muestra una fuerte tendencia al crecimiento es la proporción de emprendedores nacientes (pasó de 6.6% en 2013 a 11.3% en 2019). La tasa de emprendimientos nuevos ha cambiado mucho menos (1.8% en 2013, frente a 2.2% en 2019), y el único año en que se observó un mayor crecimiento fue en 2018, después del huracán María (2.6%).

En resumen, hay un “cuello de botella” en la actividad emprendedora temprana en Puerto Rico, situación que requiere atención. Esto se observó ya en los resultados de GEM en años anteriores y se planteó en los informes correspondientes. En 2019 sigue agravándose.

Al expresar las razones para iniciar un emprendimiento, los emprendedores del TEA refuerzan el peso de los cambios socioculturales: el 65.9 por ciento señaló que lo hace “para marcar una diferencia en el mundo”. Puerto Rico es uno de los países donde este motivo se mencionó con más frecuencia. Debe destacarse que también es elevada la proporción de los que entran al mundo del emprendimiento “para continuar una tradición familiar”, el 43.5 por ciento. De forma adicional, resulta interesante que sólo el 43.7 por ciento plantea como motivo “generar una gran riqueza”, (frente al 69% en Estados Unidos y el 51.7% en países de ingresos altos, aunque similar a lo expresado en América Latina y el Caribe, 48.3%).

En esta pregunta de contestación múltiple, sin embargo, la respuesta más mencionada fue: “Para ganarme la vida porque el trabajo escasea (cuesta conseguir un empleo)”: el 84.3 por ciento de los emprendedores del TEA en Puerto Rico lo mencionan como una motivación, una cifra mucho mayor que en Estados Unidos (41.4%) y los países de ingresos altos (54.2%), al mismo nivel que otros países de América Latina y el Caribe (84.5%). Es decir, el desarrollo de iniciativas emprendedoras en Puerto Rico refleja en parte un cambio sociocultural, pero parece ser sobre todo una reacción al deterioro de las condiciones económicas de las últimas dos décadas y a las reducidas oportunidades de empleo en la Isla.  Ello impone mayor urgencia a la necesidad de resolver el “cuello de botella” en el proceso de emprender.

Los jóvenes inician emprendimientos en Puerto Rico con más frecuencia que otros grupos de edad; de hecho, la mitad (49.3%) de los nuevos emprendimientos en Puerto Rico tienen a una persona menor de 35 años como protagonista. En cuanto a la distribución por género, se observa un incremento en la proporción de emprendimientos de mujeres, aunque al igual que en otros países siguen siendo más frecuentes entre los hombres.

El estudio GEM complementa la encuesta a la población adulta con una encuesta a expertos, para profundizar en el análisis de los factores que pueden estar favoreciendo u obstaculizando el desarrollo de iniciativas emprendedoras en el país. Los 36 expertos consultados en la encuesta de Puerto Rico en 2019 describieron el panorama de forma similar a como lo habían hecho sus colegas en años anteriores: casi todos los factores analizados representan obstáculos, más que puntos de apoyo, para nuestros emprendedores.

De hecho, el Índice de Contexto de Emprendimiento Nacional (NECI), calculado a partir del conjunto de estas valoraciones, es de 3.18 para Puerto Rico en 2019, el segundo valor más bajo de todos los participantes, sólo por encima de Irán. En Estados Unidos es 5.31, el promedio de los países de ingresos altos es 4.81 y en la región de América Latina y el Caribe es 4.00.

Al igual que en años anteriores, los factores del contexto que recibieron valoraciones más bajas por parte de los expertos son (a) las políticas gubernamentales en relación a los impuestos y la reglamentación o burocracia, no se percibe que estén enfocadas en promover las nuevas empresas pequeñas y medianas o que sean neutrales al tamaño de las empresas; y (b) la educación para el emprendimiento en escuela primaria y secundaria, no se percibe que esté incorporada al sistema educativo. También son muy bajas las valoraciones de los expertos en 2019, tanto en términos absolutos como en comparación con otros países, en relación a la presencia y calidad de los programas gubernamentales de apoyo a las pequeñas empresas, a nivel municipal, regional o nacional; a la definición de política pública en torno al tema (la actividad emprendedora como un asunto económico relevante); y a las barreras del mercado interno (en qué medida los nuevos emprendimientos pueden entrar a los mercados establecidos).

En el lado positivo, los expertos destacan los cambios en el mercado interno entre 2018 y 2019, que han favorecido el desarrollo de nuevos emprendimientos. En cualquier caso, los resultados de este estudio recalcan la urgencia de acompañar esos cambios, así como las transformaciones socioculturales, con políticas y programas enfocadas en lograr la viabilidad de las iniciativas empresariales a corto plazo.