Empresarismo social en Puerto Rico
Los emprendimientos sociales, como actividad económica enfocada en la consecución de objetivos sociales y ambientales, se han convertido en un componente fundamental de la sociedad moderna. En el contexto de países con crisis fiscales, como es el caso de Puerto Rico, este tipo de iniciativas adquiere una relevancia mayor, dadas las limitaciones que enfrentan los gobiernos para cumplir con estos objetivos.
Global Entrepreneurship Monitor (GEM) seleccionó en 2015 el estudio de los emprendimientos sociales como tema especial de ese año. GEM es un proyecto de investigación internacional que estudia la creación y desarrollo de emprendimientos en los países participantes, a través de encuestas a la población y a expertos. Se inició en 1999 y se lleva a cabo de forma simultánea en más de 60 países.
El estudio tomó como punto de partida una definición amplia de emprendimiento social: cualquier tipo de actividad, organización e iniciativa que tiene un objetivo social, ambiental o comunitario. Una vez los empresarios sociales fueron identificados de acuerdo a esta definición amplia, el estudio analizó de forma particular las organizaciones dirigidas a la creación de valor social que están basadas en el mercado. Esto constituye una definición de emprendimiento social más específica y alineada con el enfoque de la literatura sobre este tema.
El 2.3 por ciento de la población encuestada en Puerto Rico ha llevado a cabo alguna gestión concreta para crear una actividad, organización o iniciativa con objetivos sociales, ambientales o comunitarios en los 12 meses previos a la encuesta, por lo que se consideran emprendedores sociales nacientes, de acuerdo a la definición amplia adoptada. Si esta actividad se consolida y empieza a operar, se considera un emprendimiento social en operaciones. En total, el 2.1 por ciento de las personas encuestadas en Puerto Rico indica que es dueña o gerente de un emprendimiento social en operaciones. En términos de la definición específica, el 0.8 por ciento de la población encuestada cuenta con una organización dirigida a la creación de valor social que está basada en el mercado.
Los resultados de Puerto Rico, tanto desde la definición amplia como desde la específica, están en línea con varios de los países latinoamericanos que realizaron esta encuesta, como Brasil o Ecuador, aunque por debajo del promedio de la región. Sin embargo, la diferencia en la actividad emprendedora social en operación (2.1% en Puerto Rico vs. 3.1% en promedio en América Latina y el Caribe, según la definición amplia) es mucho menor que la diferencia en la actividad emprendedora comercial en dicha fase (3.3% en Puerto Rico vs. 16% en promedio en América Latina y el Caribe). En Estados Unidos, la encuesta a la población adulta identifica personas con emprendimientos sociales con más frecuencia (8.4%).
En cuanto al perfil de los emprendedores sociales de Puerto Rico, son mayoritariamente hombres, de edad mediana, nivel educativo alto e ingresos elevados. Sólo el 34 por ciento de las personas con emprendimientos sociales en operaciones son mujeres, una proporción similar a la que se observa en los emprendimientos comerciales establecidos (32%). Por otro lado, el 37 por ciento tienen entre 18 y 34 años (42% en los emprendimientos comerciales) y el 41 por ciento han ido a la universidad o institución educativa postsecundaria (25% en los emprendimientos comerciales). El 49 por ciento de los emprendedores sociales se ubican en el tercio de la población con ingresos más elevados (37% en el caso de emprendedores comerciales).
Este perfil es parecido al observado en otros países de América Latina y el Caribe, aunque en la región hay más mujeres entre los emprendedores sociales (42% en promedio) y su nivel educativo no es tan alto (sólo 28% han ido a la universidad o entidad de educación postsecundaria). Por su parte, en Estados Unidos la proporción de mujeres es similar a la de hombres en los emprendimientos sociales (50%), la edad promedio es más avanzada (sólo el 30% tienen entre 18 y 34 años) y hay una elevada proporción de emprendedores sociales con nivel educativo alto (70% han ido a la universidad o entidad de educación postsecundaria). Al igual que en Puerto Rico, tanto en América Latina como en Estados Unidos los emprendedores sociales tienden a pertenecer al tercio de la población con ingresos más elevados.
Los emprendimientos sociales en Puerto Rico dependen, más que en otros países de la región, de la aportación que el emprendedor hace de su propio dinero para poder comenzar, aunque todos los emprendedores sociales encuestados (100%) indicaron que requieren financiación externa. El 41 por ciento de los casos han recibido fondos de programas gubernamentales, donaciones o subsidios. Otras fuentes de financiación que son frecuentes en la región tienen una presencia reducida en Puerto Rico, como la familia (46% en Estados Unidos, 36% en América Latina y el Caribe) o los inversionistas privados (42% en Estados Unidos). Cabe mencionar también que los emprendimientos sociales en Puerto Rico en general tienen un número reducido de empleados (sólo el 27 por ciento tienen más de 5 empleados).
Como parte del estudio se consultó a una muestra de expertos sobre los factores del entorno que favorecen u obstaculizan la creación y el desarrollo de los emprendimientos sociales. Estos perciben que las empresas sociales atienden los problemas sociales, medioambientales y comunitarios de manera más efectiva que el gobierno, y destacan que la financiación disponible para estas empresas es insuficiente.
El informe concluye destacando el nivel de la actividad emprendedora social en Puerto Rico y su potencial de desarrollo. La importancia de combinar la misión social con la viabilidad financiera de estos emprendimientos se acentúa ante las dificultades de acceder a fuentes externas de financiación. Por último, otra área a reforzar en el futuro es su visibilidad: sólo el 22 por ciento de la población encuestada opinó que en Puerto Rico se ven a menudo empresas que tienen como objetivo principal resolver problemas sociales, la tasa más baja en todos los países participantes de América Latina. Es importante que los emprendedores sociales continúen fortaleciendo la medición de su impacto social y los efectos en su comunidad, para recibir reconocimiento y ampliar su acceso a nuevas fuentes de fondos. Al igual que los medios de comunicación han prestado especial atención en los últimos años a casos de empresas comerciales exitosas, pueden contribuir de manera más efectiva a la difusión de la actividad emprendedora social.